Riba-roja convocará un concurso de ideas para convertir Basseta Blanca en un vivero de empresas generadoras de economía verde

+ TURIA | La planta de la Basseta Blanca funcionó durante diez años, desde 1983 hasta 1993, cuando fue cerrada por orden municipal
Transformar el vertedero de Basseta Blanca en una futura zona de actuación preferente para la inversión empresarial en materia de economía verde, es uno de los objetivos que el Ayuntamiento de Riba-roja se plantea una vez se proceda al sellado definitivo de esta zona degradada.

Así se lo ha hecho saber el alcalde de Riba-roja, Robert Raga al director general de Calidad Ambiental y Cambio Climático, Joan Piquer en la reunión mantenida esta mañana, en la que se ha informado de las fechas previstas para el sellado de Basseta Blanca. La consellería ha anunciado que dispondrá del proyecto definitivo en el primer semestre de 2018.
Este proyecto se enmarca dentro del plan autonómico de sellado de vertederos en el que se incluyen otros 30 vertederos municipales y que cuenta con una inversión de 20 millones de euros.
“El sellado definitivo abre la posibilidad de transformar una zona degradada en economía verde, a través de la implantación de empresas cuyo objeto esté relacionado con esta materia, tales como la creación de biomasa o similares.”, asegura Robert Raga quien ha puntualizado “sería un proyecto piloto, pionero e innovador, que supondría un valor añadido para nuestro municipio en generación de energía y materia de manera sostenible”.
Por su parte, el director general de Calidad Ambiental ha puesto como ejemplo a seguir proyectos como Bens en A Coruña, un vertedero convertido en la actualidad en una inmensa zona verde de 390.000 m2 de los cuales 215.000 m2 corresponden a la superficie vallada del vertedero, con casi 13 quilómetros de senderos para recorrer y 2.000 m2 de estanques con patos entre otros atractivos.
La planta de la Basseta Blanca funcionó durante diez años, desde 1983 hasta 1993, cuando fue cerrada por orden municipal. No obstante, se calcula que aún alberga en sus dependencias más de 800.000 toneladas de residuos sólidos procedentes de los municipios del cinturón metropolitano de Valencia que fueron gestionados por la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos (EMTRE), dependiente de la Generalitat Valenciana.
No obstante, el gobierno local asegura que entre 1993, fecha de la firma del decreto del alcalde y 1996, sentencia del Tribunal Supremo,  se vertieron miles de toneladas de residuos orgánicos por parte del EMTRE, lo que provocó que en la actualidad todavía existan en la zona escorrentías en la carretera de lixiviados generados por los residuos.
El alcalde también ha trasladado al director general la actual situación de abandono que sufre el Parque Natural del Túria. En este sentido, ha instado a la Generalitat  a que “actué con la mayor celeridad posible”. Según los técnicos municipales, una inversión de 100.000 € anuales sería suficiente para mantener en condiciones óptimas los 20 kilómetros de senda fluvial que comunican con Valencia.
Actualmente, el Ayuntamiento ya ha negociado con la Diputación, a través de Divalterra, la implantación de una brigada permanente que actué de vigilancia y control en el Parque Natural para evitar incendios. No obstante la asignatura pendiente continúa siendo el mantenimiento del Parque que anualmente utilizan más de un millón de usuarios.

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