El Alto Turia, zona de especial interés dentro del arte rupestre del arco mediterráneo ibérico
+ TURIA | Titaguas
y Tuéjar tienen reconocidas y catalogadas sus pinturas rupestres, formando
parte de la lista de la Unesco del Patrimonio de la Humanidad desde el año 1998
El arte rupestre del arco mediterráneo ibérico
es un recurso arqueológico de alto valor arqueológico que forma parte de la
lista de la Unesco del patrimonio de la Humanidad desde el año 1998. La mayoría
de localidades del Alto Turia, como Benagéber,
Tuéjar o Titaguas tienen registradas pinturas rupestres en sus términos
municipales y otras localidades como Aras de los Olmos o Chelva guardan restos
paleontológicos o arqueológicos de gran
valor.
Abrigos de los Corrales de Silla en Tuéjar
En Tuéjar las pinturas rupestres de los Corrales
de Silla se encuentran en tres oquedades de escasa profundidad abiertas en la
roca caliza de un potente banco estratificado, que forma un acantilado de unos
15 metros de altura máxima, situado al norte y a 1,5 Km. del casco urbano. Se
trata de tres abrigos, en el primero de los cuales, que data del 10.000 años
antes de J.C, se reconoce una gran figura humana y a su derecha una cierva de
buenas proporciones que conserva íntegra pero se percibe de manera muy
difuminada por la capa calcítica que la recubre. En las pinturas de este
abrigo, en la parte más abajo hay un ciervo de difícil visión y a su derecha
otra figura que parece un animal.
El segundo abrigo, que data del 5.000 años antes
de J.C, es de mayores proporciones y ha sido utilizado, a lo largo de su
historia, para guardar ganado. Las pinturas quedan en la zona más elevada y en
ellas se puede distinguir una pequeña cabra completa, la testuz y cornamenta de
otra, así como manchas de otras muchas figuras.
El tercer abrigo, datado en 6.000 años antes de
J.C. fue descubierto el día 5 de marzo del año 1.986 por los alumnos del grupo
escolar local, cuando recibían de su maestro, D. José Sánchez Sánchez,
explicaciones docentes de tipo geomorfológico en la zona. Se trata del abrigo
que contiene el mayor número de pinturas, todas ellas representando arqueros
guerreros en actitudes variadas. Se distinguen con total claridad cinco de
ellos, todos provistos de su arco y flechas correspondientes, dos más
imperfectos y restos de otras figuraciones que con mucha probabilidad pueden
corresponder también a arqueros. Se encuentran en la bóveda plana de una
covacha de unos seis metros de longitud por tres de profundidad, siendo el
estado de conservación muy diferente de unas figuras a otras, aunque todas han
sido afectadas por la calcita, precipitada al discurrir las aguas por la
bóveda, por vegetales microscópicos y por el hollín de las innumerables
hogueras encendidas en el lugar.
Todas las figuraciones lo son en color rojo y el
deterioro de la superficie de la roca por efecto de las perturbaciones
ambientales permiten suponer que muchas pinturas hayan desaparecido.
Abrigo del Tío Escribano en Titaguas
En Titaguas, las Pinturas Rupestres se denominan
‘Del Rincón del Tío Escribano’ y se hallan a dos kilómetros del casco urbano de
la localidad en dirección a las montañas situadas al Norte.
Se trata de una serie de abrigos rocosos en
cuyas paredes se pueden apreciar escenas de caza con arqueros que tienen el
mismo tamaño que el venado cazado, cumpliendo una de las características del
arte levantino.
La representación de las pinturas ‘Del Tío
Escribano’, da la sensación de un baile real entre los cazadores y los
animales, como si fuera un ritual.
En Titaguas se ha trabajado por la divulgación
de sus pinturas rupestres y así, por ejemplo se han desarrollado acciones, como
la que se llevó a cabo en 2013, junto con el Museu de Prehistoria de València y
el Institut de Conservació i Restauració de Bens Culturals, cuando se dieron a
conocer a través de una excursión por el sendero local, la obra del arte
prehistórico titagüeño, o la exposición que se realizó, junto con la Diputación
Provincial ‘Mujeres en la Prehistoria’, que fue muy visitada durante los dos
meses que duró.
Las pinturas
fueron estudiadas por los expertos del Servicio de Investigación
Prehistórica de la Diputación de Valencia, que posteriormente protegió el
yacimiento con una verja y son patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Este abrigo de pinturas posee una antigüedad
aproximada de 9000 añso y fueron descubiertas hacia 1980 por el profesor
Francisco Moreno.
Actualmente hay un sendero local para acceder
hasta el lugar en el que también se puede ver una antigua calera así como la
vegetación de la zona.
Estudiosos y amigos del arte rupestre son
conocedores de nuevas ubicaciones que seguramente albergarán otras
pinturas, pero de momento sólo se han
catalogado las del Rincón del Tío Escribano y se sigue trabajando en el resto
para poder catalogarlas.
Descubrir los pueblos a través de su historia
más remota es otro aliciente para acercarse al interior de la provincia de
Valencia, perderse por la montaña y encontrar el arte de nuestros primeros
pobladores.
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