Riba-roja de Túria reclama a la Generalitat la protección del acueducto romano de Porxinos
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TURIA | Se ha solicitado la clasifiación de Bien de
Relevancia Local para evitar su caída y la especulación urbanística
El
Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha solicitado a la Conselleria de Cultura
que apruebe la calificación de bien de relevancia local (BRL) el conocido
acueducto romano de Porxinos con el objetivo de evitar su progresivo deterioro
y, de este modo, aumentar las inversiones públicas al tiempo que se impide una
posible especulación urbanística futura. La petición municipal, aprobada por
unanimidad en sesión plenaria, se extiende, además, al búnker del Barranc de la
Cabrasa y al Pont Vell.
El
propósito del ayuntamiento pasa por la protección efectiva de los tres
conjuntos y su inclusión en un catálogo de bienes municipales que permitan
acometer a corto plazo planes de actuación para su restauración, de forma que
se evitará su progresivo deterioro y se alejarán de cualquier tipo de
especulación urbanística al mismo tiempo que se fomentará en el futuro como
reclamo turístico.
El
acueducto de Porxinos data de época romana y actualmente está formado por tres
tramos en evidente estado de deterioro que durante el citado periodo formaban
parte de una red hidráulica de la ribera sur del Túria, enclavados entre los
parajes de les Rodanes de Vilamarxant y los montes del Frare de Riba-roja. Su
función era abastecer de agua los numerosos asentamientos rurales existentes en
esta área en la antigüedad.
Actualmente,
se halla en estado de deterioro por las diferentes avenidas de agua sufridas,
la falta de mantenimiento y por la acción humana. Existe un proyecto de
consolidación y protección encargado por la Conselleria de Cultura en 1999,
aunque desde entonces no se ha llevado a cabo actuación municipal alguna, a
pesar de su estado. Los tres tramos del acueducto presentan una técnica
constructiva similar, con un núcleo de piedras irregulares de forma desordenada
y aglutinadas con un mortero.
El
forro exterior del acueducto de Porxinos presenta un estado desigual en todos
los tramos. En el segundo se ha perdido una presencia notable de forro, en el
tercero se conserva casi íntegramente mientras que en el primero son visibles
una gran pérdida de masa y revestimiento que conforman una traza confusa e
irregular aunque suponen uno de los últimos vestigios de la época romana localizada
en el Pla de Quart.
Otro
de los conjuntos protegidos en la petición del ayuntamiento es el búnker del
Barranc de la Cabrasa, incluido en la conocida línea defensiva Puig-Carassol
que construyó el bando republicano durante la guerra civil y que, a pesar del
paso de los años, se conservan en buen estado, tanto en su vertiente
estructural como en su emplazamiento singular. Está rodeado de campos de algarrobos,
olivos y algunas viviendas de la urbanización els Pous.
El
búnker tiene una estructura de hormigón excavada, de planta rectangular
alargada y con varios metros de longitud, con una boca de acceso desde el
barranco y de fácil camino hacia el nido de ametralladora principal y numerosas
troneras. Por su emplazamiento, es de los más singulares de la línea defensiva
al permanecer colgado de la pared vertical del barranco. Además, está cercano
de otros lugares históricos como el Barranc de la Cabrasa y el poblado visigodo
de València la Vella.
Por
último, también se protegerá el conocido Pont Vell, situado junto al camí de
les Ànimes y que sirve actualmente para conectar el margen izquierdo del río
Túria con una zona recreativa a través de sus seis arcos antiguos. Datado del
año 1761, ocupa una zona del parque fluvial cuya competencia es, en una parte,
de la Confederación Hidrográfica del Júcar. Pese a encontrarse en dominio
público, fue cedido por el conde de Revillagigedo a la Comunidad de Regantes de
las Acequias de Lorca y el Quint.
El
Pont Vell es el más antiguo que se conserva entre Valencia y Ademuz, es de
enorme importancia para los vecinos ya que en una población de mayoría agraria
servía para conectar las huertas localizadas al norte del municipio. Además,
servía como nexo en las relaciones de carácter local ya que desde allí partían
numerosos caminos de acceso a localidades cercanas. La riada del 57 lo dejó
inservible para el tránsito rodado.
El
concejal de Patrimonio, José Ángel Hernández, ha subrayado que está solicitud
"se enmarca en el plan del equipo de gobierno por proteger y restaurar
todos aquellos monumentos y conjuntos históricos que tienen una gran
importancia al tiempo que aumentamos los reclamos turísticos y, por tanto,
creamos una fuente de ingresos".
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