Una jornada marcada a fuego en Domeño

+ TURIA | La localidad celebrará este sábado la fiesta de Santa Catalina, tradiciones que han pervivido de la historia del antiguo Domeño
San Isidro, Santa Catalina y la Santa Cruz forman el triduo festivo con el que los vecinos de Domeño honran a sus tradiciones y toman como excusa para disfrutar de unas jornadas de alegría, diversión y hermandad.

En el caso de Domeño, además, las fiestas locales tienen un hilo de conexión con la historia propia. Tras la reubicación de la población en el límite del Camp de Túria, proceso administrativo y físico que duró casi dos décadas, la antigua localización del municipio, Domeño Viejo, quedó abandonada dejando tras de sí, casi como un fósil municipal, las añejas estructuras que dieron sostén a la vida de la localidad. Entre ellas la iglesia parroquial, consagrada a Santa Catalina, que junto al resto de las edificaciones, y para evitar los riesgos de derrumbe, fue derruida en el año 2001.
Aún así los vecinos de Domeño continuaron arraigados a sus tradiciones celebrando los centenarios festejos que marcaban su calendario.
Este sábado, 26 de noviembre, llega el turno de honrar de manera "unitaria" a Santa Catalina y los Festeros del 2017, ya cuentan las horas para ofrecer a sus vecinos una jornada inolvidable marcada a fuego. Nunca mejor dicho.
Porque el fuego es el protagonista de esta jornada domeñera, con la hoguera de Santa Catalina al anochecer en la que se asarán los embutidos de la torrá popular. La organización ofrece además bandejas de carne a precios populares para dar pábulo a las parrillas. El bingo y una discomóvil cerrarán una jornada que conecta a la localidad con su propia historia y tradiciones.

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