Más de 400 campanarios de la diócesis de Valencia realizan hoy toques de difuntos

+ TURIA | Se trata de los repiques más antiguos conservados en la actualidad
Más de 400 torres campanario en la diócesis de Valencia que han sido restauradas durante los últimos 30 años realizan hoy con motivo de la conmemoración de Fieles Difuntos, los tradicionales toques de difuntos “que son los más antiguos conservados en la actualidad”, según ha indicado hoy a la agencia AVAN Francesc Llop, presidente de la Asociación de Campaners de la Catedral de Valencia.

Entre los toques de difuntos antiguos figura el “Clamoreo” de la Catedral de Valencia, que data del siglo XV, y utiliza nueve de las once campanas del Miguelete. Tiene un ritmo “muy rápido”, ya que "el sonido termina con la máxima velocidad permitida por la pericia del tocador y por las limitaciones de las cuerdas con que se accionan las campanas", con momentos en los que se aceleran parte de las campanas y con subidas y bajadas en el volumen.
Además de acompañar los entierros, previamente, “este toque servía para anunciar los fallecimientos de personalidades significativas”. Se tocará hoy, día 2, en la misa de las 19 horas”, ha añadido.
Antiguamente existían hasta doce clases distintas de “toque a muerto”
Según ha indicado Llop, “antiguamente, en pueblos y ciudades, había de tres a doce clases distintas de toques a muerto, y ahora se toca a todos por igual, aunque indicando casi siempre el sexo del difunto: tres golpes de dos o más campanas para hombres y dos para mujeres al principio y al final del toque”. Los toques indicaban la edad, la categoría social, y la posible pertenencia a algún grupo o cofradía del fallecido.
Entre los toques de difuntos perdidos figura el de “párvulos o "albats", puesto que “la mortalidad infantil es ahora prácticamente nula”. Sin embargo, “hace cien años, este era el toque que sonaba más y sobre todo, y aunque parezca mentira, en los meses de verano, cuando eran numerosos los bebés que morían deshidratados”.
Asimismo, también los campaneros llevaban a cabo “los toques de agonías”, que anunciaban que “un enfermo estaba a punto de morir, aunque estos toques desparecieron hace mucho tiempo, posiblemente siglos”. (AVAN)

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