Una Cruz de Mayo para finalizar las fiestas "por todo lo alto"

+ TURIA | Domeño cierra su capítulo festivo de primavera con devoción y colorido
La Santa Cruz de Domeño puso este martes el punto y final a las fiestas patronales que durante cinco días han convertido a la localidad del Camp de Túria en foco de atracción para amigos y visitantes del municipio.
Festejos que los domeñeros han vuelto a llevar con rigor, cumpliendo con las tradiciones sin dejar a un lado, por supuesto, la diversión más mundana. San Isidro, Santa Catalina y la Santa Cruz de Mayo conforman el triduo celestial al que la localidad dedica sus fiestas, protocolos de devoción que cada atardecer desde este domingo ha tenido su programación, saliendo en procesión cada cual al atardecer para tener a bien a los cielos. 
Aquí en la tierra, y de la mano de la comisión de fiestas, no ha faltado la diversión más mundana, con pasacalles, paella popular, discómovil, concursos gastronómicos (del rico ajoaceite), atracciones para los más pequeños, batukada, verbenas y pirotecnia.
Como colofón a estos festejos iniciados en la tarde-noche del viernes, la Santa Cruz tuvo su momento de protagonismo en su día grande, 3 de mayo de la Cruz Bendita. Con retraso por un pequeño inconveniente en el encendido de las andas, finalmente el símbolo religioso, al que los vecinos de Domeño se aferran allende los tiempos cuando aún residían, sin pantano mediante, en el corazón de la Serranía, pudo salir en procesión solemne. Una comitiva que fue secundada por una nutrida representación de los ayuntamientos de localidades cercanas y que recorrió las calles del pueblo, a luz en cirio, para finalizar con un convite a base de dulces y licor. El castillo de fuegos artificiales, ya noche cerrada, a cargo de Caballer puso el broche luminoso a una última jornada festiva que tendrá, en la tarde de este miércoles, una cita final, eso sí, más vecinal e íntima, con la celebración a partir de las 20:00 h. de la misa en honor a los difuntos.




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