Las Asociaciones de Mujeres aseguran que casos como el de Llíria demuestran que el maltratador "no obedece, impone"

+ TURIA | Medidas como la orden de alejamiento no sirven, ya que los hombres que maltratan "no van a obedecer, sino a imponer lo que quieren hacer en cada momento"

La Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas ha insistido en que las órdenes de alejamiento no son suficientes para proteger a las víctimas de violencia de género, ya que los maltratadores "no obedecen, imponen", como se ha visto este fin de semana en Llíria, donde un hombre con este tipo de orden ha asesinado a su expareja y a la madre de ella en plena calle.

El caso de Llíria, ocurrido el domingo, no ha sido el único de estas características registrado en las últimas 48 horas, ya que en Baena (Córdoba) se está investigando la muerte, el sábado, de otra mujer y el suicidio de su pareja, y en Oviedo, el fallecimiento de una cuarta, encontrada en su domicilio y a cuyo compañero sentimental se ha detenido en Gijón como presunto autor de los hechos.

Las cuatro muertes tienen lugar en las horas posteriores a la marcha contra las violencias machistas que recorrió el centro de Madrid el pasado sábado, impulsada por el Movimiento Feminista y apoyada por más de 400 organizaciones.

Esa marcha, ha declarado a Servimedia Ana María Pérez del Campo, presidenta de Mujeres Separadas y Divorciadas, supuso un motivo "de felicitación", en contraposición a los fallecimientos posteriores de las mujeres, que son un motivo de "tristeza" y que evidencian que las medidas existentes para protegerlas no son suficientes.

Y no lo son, explicó, porque se está viendo que este año las mujeres mueren de tres en tres o de cuatro en cuatro" y que medidas como la orden de alejamiento no sirven, ya que los hombres que maltratan "no van a obedecer, sino a imponer lo que quieren hacer en cada momento" y sienten que "la mujer es suya".

"Igual que el sábado fue un día de felicitación para el movimiento feminista español, hoy lo es de tristeza, ante la injusticia de que se puedan segar las vidas de las mujeres y el mundo siga funcionando sin mayores preocupaciones", finalizó Ana María Pérez del Campo.

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