El Alto Turia será la primera reserva de la biosfera valenciana
+ TURIA | La candidatura de la
región como reserva de la biosfera ha sido posible por el acuerdo de los
alcaldes de la zona y sus condiciones naturales y poblacionales
La cuenta atrás para que el Alto Turia se
convierta en reserva de la biosfera, la primera que existirá en territorio
valenciano, ha comenzado. El consejo científico ha dado luz verde al proyecto y
el comité español del MaB (siglas que corresponden a Man and Biosphere,
denominación del programa en inglés), dependiente del estatal Organismo
Autónomo de Parques Naturales, ha decidido proponer la candidatura a la Unesco,
que abordará la declaración de nuevas reservas en junio de 2016. “Lo más difícil
era que nos propusieran”, explica un satisfecho Ramiro Rivera, alcalde de
Titaguas y presidente de la Mancomunidad del Alto Turia. (ELDIARIO.ES)
Los términos municipales de siete municipios
valencianos, Aras de los Olmos, Titaguas, Tuéjar, Chelva, Benagéber, Casas
Altas y Casas Bajas, pertenecientes a las comarcas de Los Serranos y del Rincón
de Ademuz, así como la localidad conquense de Santa Cruz de Moya, en
Castilla-La Mancha, integran la futura reserva. El proyecto arrancó en 2010 y
hasta ahora, como explica Rivera, “se había encallado en la normativa”. Los
responsables del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente “no
consideraban”, explica el alcalde de Titaguas, parques naturales propiamente
dichos ciertos espacios naturales de declaración autonómica, como los lugares
de interés comunitario (LIC) o las zonas de especial protección para las aves
(ZEPA), a la hora de avalar la candidatura.
“La consellera vino este verano y nos dijo que
lo iba a apoyar y que trabajaría por resolver los problemas”, comenta Rivera,
en referencia a la nueva titular de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio
Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, que visitó Titaguas el pasado 7 de
agosto y recorrió algunos de los parajes que formarán parte de la reserva. “Era
importante el esfuerzo de la parte política, que tuviera una motivación”,
indica el presidente de la mancomunidad, en cuya opinión ha sido también muy
valiosa la implicación de la Universitat de València en la iniciativa. La
Generalitat y la Universitat, junto a la Consejería de Agricultura de la Junta
de Castilla-La Mancha, la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Diputación
de Valencia, son las instituciones que colaboran en el proyecto.
La red de reservas de la biosfera, que cuenta
con 621 espacios (12 de ellos transfronterizos) en 117 países, tiene una
importante presencia en territorio español, donde se ubican 47 reservas en 15
de las 17 comunidades autónomas. Solo Murcia y la Comunidad Valenciana no
tienen declarada ninguna.
Compaginar la conservación de la biodiversidad
en espacios naturales de singular valor con la participación de la población
implicada para fomentar formas sostenibles de actividad y de desarrollo es el
objetivo de las reservas de la biosfera, cuya organización en red implica la
investigación, la educación y el intercambio de información y de experiencias.
“La idea tiene que ver con la conservación y el desarrollo sostenible”, apunta
Rivera. “La gente tiene que vivir”.
Precisamente ese concepto, el de aprovechar los
valores y los recursos de unos ámbitos que sus habitantes han sabido preservar,
impulsa otra iniciativa que se puso en marcha también en 2010 con la creación
del Consorcio Forestal del Turia y cuya ejecución va un poco más lenta. La
intención es aprovechar la biomasa de los bosques de la zona para hacer posible
la gestión sostenible del medio rural. Mediante la cesión de cerca de 85.000
hectáreas de bosques públicos, una docena de ayuntamientos pretenden poner en
marcha un programa de aprovechamiento de residuos agrarios, ganaderos y
forestales que implicaría la construcción de una central de pallets (porciones
de serrín comprimido que se usan como combustible) e, incluso, de una central
de biomasa, para crear entre un centenar y 200 puestos de trabajo.
La candidatura del Alto Turia como reserva de la
biosfera ha sido posible por el acuerdo de los alcaldes de la zona y sus
condiciones naturales y poblacionales. La falta de una acción institucional
acordada y la gran presión urbana y demográfica de un entorno muy habitado
lastran las posibilidades de otras eventuales aspirantes a reserva de la
biosfera, como es el caso de L’Albufera.
En el proceso de tramitación de la candidatura
está previsto que el consejo consultivo para las reservas de la biosfera de la
Unesco solicite más información o proponga correcciones en el proyecto antes de
recomendar su aprobación definitiva. Los promotores de la opción del Alto Turia
están convencidos de que, si alguna de esas correcciones impidiera su
aprobación en 2016, la reserva sería declarada en todo caso en 2017.
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