¿Y si el fin del mundo comenzó en Llíria hace 2.000 años?

Lena Matts, escritora del Camp de Túria, inicia desde la antigua Edeta una epopeya legendaria que une Cielo y Tierra en su nueva novela El Portador de la Luz

Hace unos años, Lena Matts caminaba entre los restos arqueológicos de la antigua Edeta, en Llíria, cuando una idea la golpeó con la fuerza de un presagio. Aquel lugar, escenario de una de las páginas más trágicas de la historia ibera, guardaba —según sus propias palabras— “un silencio demasiado elocuente, como si aún resonaran los gritos de la resistencia”. De ese silencio, y ante la efigie del arcángel San Miguel, patrón de Llíria, nació El Portador de la Luz, la novela que ahora publica y que promete convertirse en una de las revelaciones literarias del año en el panorama valenciano.

El asedio que cambió la historia
La obra arranca en Llíria, durante el año 76 a. C., en plena toma de Edeta por las legiones romanas del general Sertorio. La autora toma este trágico capítulo de la historia local como punto de partida de un relato que se adentra en un territorio donde la historia y lo sobrenatural se funden, anunciando el regreso del liberador: el Portador de la Luz.

La novela de Matts explora el vínculo entre la memoria antigua y el alma humana contemporánea. Con ecos que recuerdan a Marguerite Yourcenar o José Luis Sampedro, la autora teje una trama en la que el pasado resucita para confrontar a los vivos con su propio destino. El Portador de la Luz alterna escenas del mundo antiguo con una línea temporal moderna en la que un joven llamado Roi lucha contra una pérdida irrecuperable y su búsqueda de sentido a la misma vida.

Un viaje emocional y místico
Según Matts, El Portador de la Luz “no es una novela sobre las creencias religiosas, sino sobre lo que permanece después de la destrucción”. La autora logra convertir el lienzo en blanco de sus páginas en un escenario mágico, lleno de revelaciones, donde la historia se convierte en espejo del alma. “La luz —afirma— no siempre llega del cielo; a veces surge de las propias decisiones de cada uno”.
Lena Matts, afincada en el Camp de Túria y apasionada por la arqueología y la memoria ancestral del territorio valenciano, presenta así una obra que une historia y fe con la poesía y la trascendencia. El Portador de la Luz es, en esencia, una oda a la resistencia del espíritu humano y a la eterna pregunta de quién somos cuando todo se derrumba.

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