Ocho colegios siguen en barracones un año después de la dana pese al avance de las obras

Las familias denuncian que faltan planes de emergencia, material básico y apoyo a la salud mental del alumnado en los municipios más afectados por las inundaciones del 29 de octubre

Un año después de la dana del 29 de octubre que anegó colegios e institutos de l’Horta, la Ribera y el interior, ocho centros educativos de los 115 afectados han tenido que iniciar el curso en aulas prefabricadas, según la Conselleria de Educación, que sostiene que “prácticamente el 100 % están operativos”. Se trata del CEIP Lluís Vives y la Escuela Infantil Ausiàs March de Massanassa, el CEIP Carme Miquel de Algemesí, el CEIP Orba de Alfafar, el IES Berenguer Dalmau de Catarroja, el IES Alameda de Utiel, el CEIP Blasco Ibáñez de Alginet y el CEIP L’Horta de Paiporta. Todos ellos fueron los más dañados por las inundaciones y han sido reubicados de forma provisional mientras avanzan las obras.

Desde Educación se subraya que ya se ha actuado en los centros con derribos y reconstrucción en los casos más graves: el CEIP Lluís Vives y la EI Ausiàs March de Massanassa, el IES Berenguer Dalmau de Catarroja, el CEIP Orba de Alfafar y el CEIP Carme Miquel de Algemesí. En otros, como el CEIP L’Horta de Paiporta, las obras las ha asumido directamente el Ayuntamiento, y en el IES Alameda de Utiel se proyecta un edificio anexo y la rehabilitación integral del instituto, incluida la zona deportiva. La Conselleria ha publicado ya en la Plataforma de Contratación el anuncio previo para redactar los proyectos del IES Alameda y del Conservatorio de Utiel, y avanza que las primeras adjudicaciones podrían llegar a principios de 2026.

Lo que denuncian las familias
La versión de las asociaciones de madres y padres es menos optimista. Álex Carabal, presidente del AMPA del CEIP Lluís Vives de Massanassa, critica la “imagen idílica” ofrecida por la administración porque, en su caso, el centro está dando clase en barracones instalados en un polideportivo sin que se haya firmado todavía el fin de obra y, sobre todo, sin un plan de emergencias redactado. Explica que los módulos prefabricados son contenedores con una sola ventana enrejada y sin acceso al tejado, algo que preocupa a las familias en un municipio que vivió una riada mortal hace un año.

Carabal, que es bombero, insiste en que el miedo sigue ahí. “Cuando volvió a sonar la última alerta de Protección Civil había niños llorando y gente que se paralizó. Mi hija se tapó los oídos y nos pedía que no bajáramos a la calle”, recuerda. Por eso reclaman que, junto a la reconstrucción material, se atienda la salud mental del alumnado, que se concrete qué hacer ante cada aviso meteorológico y que no se deje a cada municipio decidir por su cuenta si suspende o no las clases.

En la misma línea, María Dolores Trujillo, presidenta de FAMPA Horta Sud, señala que, más de un mes después del inicio del curso, “todavía está llegando material a los barracones: mesas, estanterías, mobiliario”, y que en algunos casos son los propios docentes o alumnos de FP de mantenimiento quienes lo están montando. Cita el caso del CEIP Orba de Alfafar, reubicado en un solar que fue usado como campa de coches dañados por la dana, con un patio totalmente de hormigón, sin sombra y que volvió a encharcarse con las últimas lluvias. Por eso pide un protocolo unitario para todos los municipios afectados y que no se traslade a cada ayuntamiento la responsabilidad de cerrar o no los centros cuando hay alerta por lluvias.

Planes de emergencia pendientes
Una de las principales quejas de las familias es que no todos los centros reubicados cuentan todavía con planes de emergencia adaptados a su nueva ubicación, pese a que muchos siguen en zonas inundables o en instalaciones provisionales. Reclaman instrucciones claras sobre evacuación, suspensión de clases y movilidad de los menores en caso de lluvia intensa, especialmente en colegios que ahora están dentro de polideportivos, en patios de hormigón sin drenaje o en solares adaptados a toda prisa.

La Generalitat ha anunciado que este curso formará al profesorado en gestión de emergencias (inundaciones, riadas, incendios forestales, terremotos o accidentes industriales) y que, a partir del segundo y tercer trimestre, esa formación se trasladará al alumnado, con la previsión de que en el curso 2026-2027 sea obligatoria en todos los centros. Las familias valoran la medida, pero advierten de que los niños que vivieron la dana necesitan apoyo ahora y que no basta con reconstruir los edificios.

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