El Golfo de Valencia registra un nuevo terremoto de magnitud 3.0
El Instituto Geográfico Nacional ha detectado un nuevo movimiento sísmico en la misma zona donde ayer se registraron cuatro temblores leves. Ninguno ha sido sentido por la población, pero confirma la continuidad de la actividad en el subsuelo marino.
La tierra ha
vuelto a temblar bajo las aguas del Golfo de
Valencia. Según los datos del Instituto
Geográfico Nacional (IGN), un nuevo seísmo de magnitud 1,8 mbLg se ha registrado durante la
madrugada de este sábado frente a las costas de la comarca de La Safor, reactivando la secuencia sísmica
iniciada el día anterior. El epicentro se localizó mar adentro, a unos 15 kilómetros de la línea de costa, a una
profundidad estimada de 11 kilómetros,
y no ha sido percibido por la población.
El movimiento
llega menos de 24 horas después de que el IGN confirmara cuatro terremotos consecutivos en el mismo sector
del litoral, con magnitudes comprendidas entre 1,6
y 1,9, registrados entre las 06:14
y las 11:30 horas del viernes. Todos ellos fueron catalogados
como microseísmos sin consecuencias, aunque su proximidad temporal y espacial
ha despertado el interés de los especialistas en vigilancia geológica.
Una zona con microactividad habitual
El Golfo de
Valencia, comprendido entre las costas de la Safor
y el norte de Alicante, es una región donde se registran
esporádicamente pequeños temblores relacionados con la actividad
tectónica del margen continental ibérico. Los expertos del IGN
señalan que esta secuencia “se enmarca dentro de la microactividad sísmica
normal del Mediterráneo occidental” y recuerdan que “no implica riesgo alguno
para la población”.
La zona
afectada, situada en torno a los 39.2º de
latitud norte y 0.1º de longitud este, coincide con un sistema
de fallas submarinas activas que, de forma ocasional,
liberan energía en forma de pequeños terremotos. Aunque su magnitud es
demasiado baja para ser percibida, el seguimiento de estos eventos resulta útil
para actualizar los modelos de comportamiento tectónico
y afinar la red de detección sísmica del litoral valenciano.
Sin daños ni percepción ciudadana
Fuentes del
IGN han confirmado que ninguno de
los temblores ha sido sentido por los habitantes de la costa,
ni se ha producido daño material alguno. La magnitud y profundidad de los
seísmos, junto con su localización marina, hacen prácticamente imposible que
generen efectos en tierra.
En cualquier
caso, la secuencia de las últimas horas sirve como recordatorio de que el Mediterráneo
occidental mantiene una actividad
geológica constante, aunque generalmente imperceptible.






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