Música y danza se unen por la igualdad en Olocau con ‘Història d’una ballarina’

El pasado sábado, la Casa de la Cultura de Olocau fue el escenario en el que la agrupación Patraix Clarinet Quartet y la bailarina Pila Mohedano deleitaron al público asistente con ‘Història d’una ballarina’. Una obra que narra el viaje vital de una mujer luchadora, resiliente y dedicada en cuerpo y alma a la danza.

El evento, organizado por el Ayuntamiento de Olocau y su Concejalía de Igualdad y Mujer con la colaboración del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, y enmarcado en el programa de actos para conmemorar el 8 de Marzo, congregó a unas 130 personas en el recinto. Entre ellas, estuvieron, como miembros del Equipo de Gobierno, los ediles José Paricio, Olga Brínquez y Desa Vilaplana y el alcalde, Antonio Ropero, y, en representación del Grupo Municipal Partido Popular, la concejala María José García Pitarch.

Como introducción a la representación, Brínquez realizó un breve discurso en el que abordó los estereotipos y los roles de género que han existido a lo largo de la historia en el mundo de la danza e invitó a la reflexión sobre esta problemática. Finalmente, presentó la obra, “una inspiradora historia de degradación, valentía y supervivencia” focalizada, tal como señaló, “en la figura de una bailarina, que se entrega al arte y al amor para así poder soportar las dificultades y las trabas de la vida”.

Así, ‘Història d’una ballarina’ mostró la fuerza que la música y la danza poseen unidas para transmitir mensajes y, en esta ocasión, la igualdad y la lucha de las mujeres fueron los temas centrales. Mohedano y los músicos Juanjo López, Lucía de la Puente, Adrián Ombuena y Josep Alós, trasladaron a los asistentes, con su talento y, a través de las composiciones de Piotr Chaikovski, Kurt Weill y Astor Piazzolla, a la época zarista, al período de entreguerras y a la etapa del primer gobierno peronista. Todo ello, para narrar de una manera desgarradora y emotiva el periplo de la protagonista por el alegre mundo del ballet y por la crueldad y el sufrimiento de los cabarets y los burdeles. La gran satisfacción por el espectáculo presenciado fue visible al final de la función con una larga ovación en pie por parte del público.

Según afirmó Antonio Ropero, “con la magnífica representación que hemos disfrutado, se demuestra una vez más que Olocau es un municipio que ama la cultura en cualquiera de sus formas de expresión”. Asimismo, el primer edil destacó “el mensaje reivindicativo por la igualdad de la obra, que compartimos plenamente en nuestro municipio”.

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