La residencia de Tuéjar pone en marcha un simulacro de infección por Covid-19
+ TURIA | Las residencias de mayores y otros
centros de servicios sociales de carácter residencial deben tener un plan de
contingencia
VALENCIA PLAZA 📚 Son las primeras horas
de la mañana en Tuéjar y entre las paredes de la Residencia de Personas Mayores
Dependientes hay una actividad frenética al ponerse en marcha el protocolo de
infección por covid-19.
Desde el inicio de la pandemia se ha conseguido alejar
al virus fuera de esta residencia moderna, inaugurada en 2015 y gestionada
desde entonces por la empresa Clece. En la reunión en la sala de juntas está el
equipo técnico del centro que va a poner en marcha un simulacro de infección
para poder testar su plan de contingencia y todo aquello que deben hacer para
garantizar la salud de las personas usuarias.
Según la Guía de
prevención y control frente al covid-19 del Ministerio de Sanidad, las
residencias de mayores y otros centros de servicios sociales de carácter
residencial deben tener un plan de contingencia adaptado a sus características
y dirigidos a la prevención y a la respuesta ante la eventual aparición de
casos y brotes de covid-19. “Este plan debemos de enviarlo a nuestra Dirección
General de Mayores indicando, entre otras cosas, el análisis detallado de las
infraestructuras del centro, las características del centro, los recursos
humanos disponibles y el stock de EPIS disponible” comenta Patricia García,
directora de la Residencia de Personas Mayores Dependientes de Tuéjar.
“En nuestro centro no
hemos tenido ningún caso de covid-19, la empresa ha hecho test a todas las
personas usuarias y a la plantilla del centro y nos sentimos orgullosos de ser
un centro libre de coronavirus, gracias a las medidas de protección y
anticipación que pusimos en marcha. Por eso hemos querido ensayar lo que
supondría tener un caso de infección en el centro”.
El simulacro ha
comenzado con el reparto de tareas en dos grupos principales. Por un lado, la
directora y el psicólogo se encargarán de comunicar tanto a familias como al
resto de personas usuarias la existencia de un caso por covid-19, y por otro
lado, el responsable de mantenimiento, el fisioterapeuta y la trabajadora
social se encargarán de movilizar a las personas y el mobiliario necesario para
habilitar las diferentes estancias. “Comunicar un caso de infección no es tarea
fácil, se trata de transmitir la información de manera sensible y transparente,
procurando no alamar pero comunicando la gravedad de la situación”, comenta
Juan Manuel Castillo el psicólogo del centro. “Hemos contemplado en el
simulacro de hoy la presencia de tres personas usuarias infectadas por
covid-19. A través del check-list que nos ha pasado Clece hemos ido dando los
pasos necesarios para habilitar las zonas y ensayar los protocolos de limpieza
y desinfección, así como los del uso correcto de los EPIs”.
El simulacro ha
contemplado recolocar y reubicar a 7 personas, lo que ha supuesto el cambio de
10 habitaciones. “Hemos habilitado un pasillo de habitaciones específico para
infectados de covid-19 en el que se ha establecido un perímetro de seguridad de
3 habitaciones más una cuarta para uso exclusivo del personal al cargo.
Tendremos que habilitar habitaciones individuales para las personas infectadas
y hay que reubicar también a sus compañeros de habitación. Además se asignarán
trabajadores que solamente se dedicarán a estas personas y no tendrán contacto
con el resto. En la habitación al uso se cambiarán y se desinfectarán
utilizando el nebulizador para pulverizar utilizando el desinfectante” nos
explica JuanMa. “Con esta máquina, además, haremos la limpieza de habitaciones
y de dependencias para que queden totalmente desinfectadas”.
El check-list implica a
todas las áreas del centro, las auxiliares, el personal de limpieza, cocina,
etc… y todo el mundo tiene una tarea fundamental que hacer. “Tenemos que
trasladar a los usuarios más sensibles y reagruparlos en una zona sectorizada
para tener mayor control y seguridad. Esto implica a un número aproximado a 30
personas”, comenta Patricia.
“También hemos sacado la
cartelería que anuncia las zonas y los procedimientos, así como los circuitos
de entrada y salida de las zonas, tanto la seguras como las «sucias». Y hemos
repasado y ensayado el procedimiento para ponerse y quitarse los EPIs y el
material de protección de manera segura, que es bastante costoso, puesto que
hay que ponerse buzo, calzas, gorro, gafas, mascarilla FPP2, mascarilla
quirúrgica y doble guante”.
La directora del centro
está muy satisfecha del resultado del simulacro “gracias a un gran equipo que
trabaja duro, tanto en Clece, para que tuviésemos todos los recursos que
necesitábamos, como en la residencia, donde los profesionales se han volcado
para atender con calidad y seguridad. Ha sido muy interesante ponernos a prueba
y detectar aquellas áreas donde podemos mejorar. En unos diez días aproximadamente
realizaremos el segundo simulacro y valoraremos la evolución.”
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