“Más allá de maldecir a los cuatro vientos, tenemos que denunciar de verdad a los imprudentes”
+ TURIA | Trasladamos una ‘carta del lector’
remitida desde un pueblo valenciano por un vecino que ha decidido “pasar a la
acción ante la llegada masiva de segundos residentes este Jueves Santo”
Antonio Capilla P. | Me gustaría ser
lo más conciso y directo posible. Durante esta cuarentena, y sobre todo en
estos días de Semana Santa, he detectado en mis redes sociales, las virtuales y
las físicas, dos tipos de personas en relación a la polémica que tan viva está
en estos momentos sobre los viajes de segundos residentes a los pueblos de la
zona.
Las primeras se
caracterizan por hablar mucho y actuar poco o nada.
Las segundas, por todo lo contrario: actuar mucho y no decir ni pío.
Las segundas, por todo lo contrario: actuar mucho y no decir ni pío.
A las incontables
noticias y bandos que encontramos estos días, leo una infinidad de comentarios
de ese primer grupo que se dedica a vocear las más grandes calamidades y
prometer la mayor de las desgracias hacia los que violan la cuarentena.
Estos se desgañitan
pidiendo multas millonarias, devoluciones “en caliente” al primer domicilio,
confiscaciones de vehículos y carnets de conducir, y por supuesto las siempre
penitentes penas de cárcel o de “limpieza de hospitales para que sepan lo que
está ocurriendo”. O si no, "irse calentitos para su casa con dos hostias". He leído, supongo que como todos ustedes, los más grandes y
ocurrentes improperios.
Los segundos, bajo las
faldas del barullo, de los gritos y las imprecaciones, se deslizan
sibilinamente, sin decir nada, a sus segundas residencias. Y como tal, me temo, de nuevo entre los insultos virtuales y los puños en alto, volverán a sus casas el próximo lunes. Triunfantes.
¿Quién está ganando esta
batalla social? Yo no lo sé, porque seguramente esto no va de ganar o perder.
Pero les diré lo que yo he hecho. Y es crear un tercer grupo de personas: las que no decimos nada y directamente denunciamos a esos imprudentes a la Guardia Civil.
Pero les diré lo que yo he hecho. Y es crear un tercer grupo de personas: las que no decimos nada y directamente denunciamos a esos imprudentes a la Guardia Civil.
Hoy mismo, este Jueves
Santo, he presentado tres denuncias. Y no he pedido multa, ni cárcel ni
lapidaciones. Simplemente quiero que se cumpla la Ley. Y la única manera,
aparte de vociferar en redes o lanzar mis lamentos al aire, es hacerlo de
manera efectiva ante las autoridades policiales.
Les animo a unirse a
este grupo nuevo que he creado. Es más satisfactorio y seguramente, ahí sí,
lograremos el objetivo. Que no es otro que vencer al coronavirus.
Gracias a todos.
PD: Por cierto, uno de mis denunciados ha conseguido librarse de la multa por estar efectivamente empadronado en el pueblo. De tales empadronamientos "ficticios" habría que hablar algún día.
Comentarios
Publicar un comentario