+ TURIA | Medio millar de vecinos asisten a la
Romería del Pueblo Viejo de Loriguilla en el 50 aniversario del traslado
Loriguilla celebró el
domingo la tradicional Romería al pueblo viejo. Este año, la excursión reunió a
cerca de medio millar de vecinos en un evento que tuvo un carácter especial por
coincidir con el 50 aniversario del traslado del municipio, y en la que el
ayuntamiento descubrió una placa conmemorativa. Ni siquiera el fuerte viento
que sopló en la zona durante la mañana deslució un ápice el segundo gran acto
de celebración del cincuentenario.
Los vecinos de Loriguilla
madrugaron para vivir una jornada de recuerdo y homenaje, pero también muy
festiva y entretenida. Durante la mañana, los más jóvenes disfrutaron de
actividades multiaventura en un entorno privilegiado. Los más atrevidos
escalaron por el rocódromo habilitado y se lanzaron en tirolina, otros se
montaron en kayaks para navegar por el embalse. Con la colaboración de la
Unidad Militar de Emergencias (UME), muchos loriguillanos pudieron cruzar el
pantano para hacer una excursión por las sendas que transcurren por el paraje
natural o visitar los resquicios de la antigua ermita de la Virgen de la
Soledad y el antiguo lavadero. Hubo colas para ir de orilla a orilla.
A última hora de la
mañana, se celebró una pequeña procesión, en la que los vecinos portaron en
andas las imágenes de San Juan Bautista y la Virgen de la Soledad, patrones de
Loriguilla. Tras esta entrada, el párroco Jhon Emir Dugarte ofició una misa en
la explanada de la antigua iglesia, el único edificio que queda en pie, junto a
la escalera de la escuela de mujeres.
Tras el acto litúrgico, el
alcalde Sergio Alfaro pronunció un discurso en el que rindió tributo «a los
artífices» de la historia pasada de Loriguilla «por su esfuerzo y sacrificio»,
y rememoró «los años de angustia e incertidumbre» que vivieron los habitantes
del pueblo originario durante las dos décadas que duró la construcción de la
presa. Alfaro recordó la amenaza del Plan Badajoz, «un plan que abocaba al
pueblo al exilio, al destierro y a la pérdida de identidad».
La máxima autoridad
municipal agradeció el esfuerzo, el empeño y la determinación de «los hombres y
mujeres valientes» que consiguieron mantener el municipio en tierras
valencianas. En este punto, recordó a su abuelo, Jesús Cervera, alcalde durante
aquellos años, «y a los que le acompañaron en la difícil tarea de mantener a
Loriguilla unida», demostrando que «la fuerza de un pueblo está en su alma y el
alma de Loriguilla es su gente».
Cervera quiso también
lanzar un mensaje positivo y optimista para las generaciones futuras.
«Loriguilla es hoy el resultado de aquel esfuerzo colectivo», aseguró. «Un
pueblo tranquilo, apacible y pujante (…) que ha avanzado hacia una vida mejor
(…) y tiene ante sí un futuro todavía más ilusionante», sentenció.
Tras estas palabras,
acompañado por el primer teniente de alcalde y responsable del Pueblo Viejo,
Manolo Cervera, y el resto de autoridades municipales, Alfaro descubrió la
placa conmemorativa, con la inscripción: «En recuerdo y agradecimiento a todas
las personas que dejaron su corazón en la Serranía, que soñaron con un
Loriguilla próspero, unido y aferrado a sus raíces valencianas, para que
permanezcan vivas en nuestra memoria».
Tras este acto, se celebró
una comida popular con una gran paella valenciana cocinada por El Salt. La explanada, cubierta con toldos para
proteger a los asistentes del fuerte sol, fue el centro neurálgico de la
fiesta, que se quedó pequeña por la gran afluencia de gente. Después, hubo
música a cargo del grupo Consolat de Mar y baile. Una merienda con horchata y
fartons cerró la jornada.
A las seis de la tarde
finalizó la romería del cincuentenario, una romería celebrada bajo el espíritu
de 1968, cuando los habitantes del pueblo viejo tuvieron que mudarse a la
comarca de Camp de Túria. Hace medio siglo de aquel traslado que se inició con
la inauguración del embalse el 27 de noviembre de 1967 y que finalizó en marzo de 1968.
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