Un río sin río
+ TURIA | Fragments
vuelve al MuVIM con un ensayo fotográfico que recupera escenas cotidianas
alrededor del río Turia | La Unió de Periodistes y el museo de la Diputació
presentan «El río invisible», un trabajo de Francisco Llop que aborda los
esfuerzos del hombre para dominar el entorno natural y las consecuencias que
estas acciones tienen en el desarrollo de la vida cotidiana
Fragments vuelve al Museu Valencià de la
Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM) ocho años después. Y lo hace con el
ensayo fotográfico El río invisible, obra de Francisco Llop. Un proyecto
centrado en el río Turia de València y en las historias que en este se
desarrollan, especialmente a partir de las actuaciones del Plan Sur.
Una
infraestructura creada para desviar el cauce natural del río a su paso por la
ciudad de València evitando así posibles episodios de inundaciones como los
ocurridos en 1957. La lógica del desarrollismo obvia los efectos que estas
transformaciones materiales provocan en el patrimonio inmaterial de la
ciudadanía: los usos y las costumbres que se generan alrededor del río y que
constituyen parte de nuestra identidad. Francisco Llop plantea una colección de
cuestiones, transmutadas en imágenes, que ayudan a comprender mejor esta
realidad.
La exposición se exhibirá en el MuVIM hasta el
próximo 27 de mayo, después de estar presentada en un acto celebrado en el
propio museo de la Diputació de València. Este ha contado con la presencia del
diputado de Cultura, Xavier Rius; el director del museo, Rafael Company, el
responsable de exposiciones del MuVIM, Amador Griñó; la presidenta de la Unió
de Periodistes Valencians, Noa de la Torre; el director de la sucursal de DKV
en Castellón, Miquel Moreno; y el director y comisario del Projecte Fragments,
Pablo Brezo.
Xavier Rius ha calificado la jornada «de
emocionante», en la que «dejamos atrás la censura para recuperar la libertad de
expresión y la libertad de los profesionales de la comunicación», ha indicado.
«Hoy podemos decir que disponéis nuevamente de nuestra casa tal y como fue,
como es y como será mientras la libertad de expresión esté aceptada, a pesar de
los obstáculos», ha manifestado el diputado a los miembros del Projecte
Fragments y en la Unió de Periodistes.
En relación a la muestra, Rius ha asegurado que
«la ciudad de València no se puede entender sin el río Turia», y es
precisamente «el juego entre su significado real y su significado metafórico
sobre el que ha trabajado Francisco Llop», ha indicado.
Por su parte, el director del MuVIM, Rafael
Company, ha reconocido que la vuelta de Fragments al museo «tiene una gran
simbología», y ha avalado que lo haga con una propuesta de estas
características. «La muestra atesora una trascendencia cívica indiscutible, que
será capaz de identificar a la ciudadanía y que ésta pueda reencontrarse con el
precedente del 'no río' que actualmente atraviesa la ciudad de València». Como
ejemplo de esta vinculación entre la ciudad y su río, Company ha recordado la
figura de Vicenç Maria Roselló i Verger y su obra La façana septentrional de la
ciutat de València, en la que se pone de manifiesto cómo la fisonomía de la
ciudad, así como la vida en la misma, queda y quedaba condicionada por su
afluente.
«Por fin
podemos decir que la Unió de Periodistes vuelve al MuVIM», ha afirmado la
presidenta del colectivo, Noa de la Torre. Ésta ha incidido en la «precariedad
laboral en la que se encuentran los profesionales del fotoperiodismo». Por
ello, ha defendido «la apuesta realizada desde la Unió en su defensa y su
dinamización». Del mismo modo, De la Torre ha asegurado que esta precarización
«tiene consecuencias directas en las limitaciones existentes para poder
constituir un fondo gráfico de la memoria visual valenciana».
Un río sin río
El río invisible es el trabajo resultante del
fotógrafo valenciano Francisco Llop como ganador de la I Beca del Projecte
Fragments. Este primer título de la colección aborda, desde la perspectiva del
ensayo fotográfico, los esfuerzos que el hombre hace para dominar el entorno
natural, y las consecuencias que estas acciones tienen en el desarrollo de la
vida cotidiana.
Una muestra que reinscribe una historia, la que
comienza una vez finalizan las obras en València del conocido Plan Sur (1965 a
1973). A raíz de las inundaciones sufridas por la ciudad, el gobierno
franquista decide acometer un plan hidrológico que desvíe el cauce del río
Turia en su tramo final, de forma que se evite el paso por el núcleo urbano.
Aquel desplazamiento urbanístico supondría, al mismo tiempo, un desplazamiento
de la experiencia social del espacio.
Para empezar, produciría un deslizamiento
lingüístico que sigue vivo: la gente llamaría «el río» a una acogedora zona
ajardinada por donde el río ya no pasa. Es decir: el significante «río» acoge
así como significado su propia ausencia, al mismo tiempo que el agua en curso
fluvial atraviesa espacios socialmente periféricos, deshabitados. Sin embargo,
para Llop, el carácter deshabitado del espacio se convierte en una oportunidad
para rehabitarlo, para reabrir la mirada, el foco, y atravesarlo como por
primera vez, como las aves cruzan el cielo.
El acercamiento al río se concibe aquí como una
afirmación de lo que ha quedado fuera de la ciudad, de su imagen canónica o
turística, invisibilizado por las jerarquías del poder simbólico establecido.
Las fotografías de Llop atraviesan la intemperie de su propia humildad, de su
precariedad a la hora de presentarse como un marco de vida, o tal vez como una
forma de necesidad: hacen emerger su condición expectante, se quedan en el
aire. Gracias a la irrupción de esta intemperie consiguen señalar un espacio y
un tiempo que no serían comprensibles de otra forma.
En El río invisible lo real interviene entonces
como límite perceptivo, como un punto suspensivo que deja al tiempo emanciparse
de su subordinación a la lógica de los relojes y los calendarios. El río nos
lleva ahora un conocimiento de la singularidad y de la mortalidad, de la
memoria y del olvido, sin el cual igual no podríamos ni quisiéramos vivir.
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