Mónica Merenciano, judoka paralímpica de Llíria, afronta en Río sus cuartos juegos
+ TURIA | La
deportista, afectada de una enfermedad que le afecta la visión, busca su cuarta
medalla en una cita que arranca el próximo viernes
Nací 1 de agosto de 1984 en
Valencia, soy de la ciudad de Lliria en la que me he criado y empecé a
practicar deporte, concretamente, el taekwondo. A los 11 años me detectaron de
forma casual por una broma en el colegio una retinosis pigmentaria (visión de
cañón de escopeta). Mi vida continuó como hasta ese momento con total
normalidad y quienes hicieron que fuese así es mi familia.
A los 15 años empecé a practicar
judo, aunque anteriormente había realizado taekwondo, y también atletismo y
goalball (deporte adaptado. Pero fue el judo el deporte que me cautivó. Mis
inicios en el judo fueron en el gimnasio de la ONCE en el año 2000, justo
coincidía con un año Olímpico Sydney 2000 y estuve muy pendiente de lo que
hacían los chicos ya que el judo femenino todavía no estaba incluido en el
programa Paralímpico…
Así explica Mónica Merenciano, la judoka
paralímpica de Llíria, sus inicios como judoka. Una afición por el deporte que
le ha llevado a superarse año a año y Olimpiada tras Olimpiada.
El judo es uno de los deportes paralímpicos con
menos modificaciones respecto a la versión olímpica. Todos los combates deben
comenzar con los dos deportistas agarrados y si en algún momento los judocas se
sueltan, el árbitro está obligado a parar el combate para que vuelvan a
cogerse. Ese detalle junto con la forma de transmitir las señales de los
árbitros a los deportistas, ya que no lo pueden hacer por gestos debido a la
discapacidad visual de los competidores, son las dos únicas diferencias.
Tres bronces paralímpicos
En Atenas, cuna del Olimpismo, Mónica sería una
de las protagonistas del tatami. Allí, en los juegos paralímpicos de 2004, la
judoka valenciana se colgó la medalla de bronce en la categoría de -63 Kg.
Conquistaría dos bronces más en Pekín (2008) y
en Londres (2012), pero en ambos casos en -57 Kg, la misma categoría en la que
también es campeona de España por undécima vez en su carrera.
El camino a Río
Se ha entrenado cuatro horas al día, de lunes a
viernes, con la mente en los Juegos de Río 2016. No va a ser fácil, por eso
este año ha dejado en un segundo plano sus estudios de Fisioterapia para
centrarse en hacer realidad el sueño de conseguir participar en sus cuartos
Juegos.
Mónica ya se encuentra en Río de Janeiro donde
el próximo viernes, 9 de septiembre, inicia su competición. Suerte para ella
aunque la suerte, bien se sabe, es el camino de una búsqueda y un esfuerzo más
que una casualidad.
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