La macrofiesta ilegal de Benagéber ‘sorprende’ a la comarca

+ TURIA | La sanción para el organizador podría ascender a los 90.000 euros
La fiesta rave ilegal que ha llegado a reunir a unas 3.000 personas en el aeródromo de Benagéber ha acabado este lunes después de cinco días ininterrumpidos. La Guardia Civil ha inspeccionado 405 vehículos, identificado a 1.341 personas y levantado 42 actas de infracción, entre ellas, 18 por tenencia de drogas y seis por tenencia de armas, según el balance realizado por el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Serafín Castellano.
A primera hora de la mañana, en el recinto apenas quedaban unas 200 personas y sobre el mediodía la música ya había dejado de sonar. En torno a la una de la tarde del lunes, según testigos presenciales, se han visto salir de la zona camiones grandes, principalmente de matrícula francesa e inglesa, que eran interceptados por sendos controles más, uno en la salida de la población y otro en dirección a la localidad de Utiel.
El dispositivo ordenado por la Delegación del Gobierno durante los días que ha durado la fiesta ha contado con 64 agentes cada día, que han identificado a los asistentes y realizado controles de tráfico, alcoholemia y drogas. De los 139 controles de alcoholemia realizados, tan solo uno ha dado positivo, mientras que de los de la droga, ha habido nueve positivos y cinco negativos, explicó el delegado del Gobierno sin concretar más datos.
Al caer la noche del domingo, unas 800 personas todavía se resistían a dar por concluida la macrofiesta en Benagéber, una localidad de poco más de 200 habitantes situada en la comarca de La Serranía. Entonces ya se habían desmontado dos de los tres escenarios en los que se ha pinchado música electrónica a temperaturas bajo cero, aunque con abundante ardor etílico y desafiantes hogueras junto a una zona forestal de difícil acceso.
Pese a ser un lugar recóndito, unas 3.000 personas (muchas provenientes de Cataluña y Francia en caravanas y furgonetas) acudieron convocadas por las redes sociales a una rave que no solo ha sorprendido a los vecinos sino también a las autoridades, que el viernes establecieron una serie de controles en la zona, situada a 10 kilómetros de la población, y decidieron no desalojar para evitar males mayores. En ningún momento se han producido incidentes destacables.
Por su parte la Policía ha levantado acta de la celebración ilegal y ha identificado al organizador, de nacionalidad italiana, para las posibles sanciones que se deriven tanto por carecer de permiso y de las medidas de seguridad requeridas como por realizarla a menos de 500 metros de una zona forestal. La sanción que puede imponerle la Generalitat por organizar un evento que incumple la ley de espectáculos oscila entre 30.000 y 90.000 euros

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